Hola, Lilí al teclado, te saluda.
Se acercan unas fechas en las que se acostumbra, en el mundo que yo conozco, hacer regalos... a veces los regalos somos nosotros, nos llaman mascotas... sin comentarios. En fin... te cuento. Resulta que a los niños de la casa les hace ilusión tener una mascota y entonces los papás deciden que Navidad es el mejor momento y van y compran a uno de nosotros. Lo encargan de la mejor raza posible, imagino que para presumir delante de los amigos...
El día que el regalo llega a casa todo son alegrías y buenas caras pero como solemos ser cachorros al primer destrozo la situación se complica... y la mayoría de las veces ese juguete vivo acaba en la calle abandonado sin ningún sentimiento de culpa por parte del "abandonador".
Estoy generalizando, no todos los humanos hacen esas cosas, los hay responsables y éstos, para empezar, no nos compran, nos adoptan... y no suelen llamarnos mascotas sino gatos o perros que es lo que somos la mayoría de los regalos, también hay otros animales pero lo más normal es que los de compañía (también se nos conoce así) seamos de esas dos especies.
Si quieres tener un animal piensa antes bien si vas a poder ser responsable. Necesitamos cuidados, cariño, ser tratados con respeto. No te dejes llevar por un impulso caprichoso, no digas; quiero un perro o un gato, ¡que "ilu"!... no, eso no. Si quieres tener en tu casa a uno de nosotros, que sea porque verdaderamente nos tienes aprecio y debes estar bien seguro de que nos vas a cuidar y que no nos dejarás en la calle al llegar las vacaciones o porque tengas un bebé o por mil causas diversas. Hay muchos animales abandonados que antes fueron un juguete de Navidad y que ahora esperan en las asociaciones protectoras a que alguien llegue y los lleve al que será su nuevo hogar.
A mí me dejaron en la calle con dos días de vida y ¡suerte de una de mis humanas que me encontró y me llevó a su casa! Mis humanas eran tres, se ocuparon de mí, me tuvieron que alimentar con biberón. Les dijeron que si pasaba de los 10 días sobreviviría y ¡salí adelante! Cuando me fui "al otro lado" lo hice con 14 años, 7 meses y 18 días... ¡una vida larga, ¿eh?! y fui muy feliz, querida y respetada.
A mi amiguito Batman (el de la foto) también lo dejaron abandonado y ahora vive con unos humanos que lo quieren muchísimo y se ocupan de él. Batman y yo hemos tenido suerte, no todos nuestros compañeros, los llamados animales, la tienen... ¡y duele mucho saber esa triste realidad!, todos los seres vivos somos dignos de respeto y tenemos nuestros derechos, la tierra no sólo es del humano, ¡es de todos los que habitamos en ella!
Bueno, ya seguiremos hablando... el tema da para muchos folios aunque sean virtuales.